El Altar del Perdón en la majestuosa Catedral de México es más que una simple obra de arte religioso; detrás de su imponente presencia se esconde una historia de misterio, drama y redención que ha perdurado a lo largo de los siglos. En este post, te sumergirás en el relato del origen de esta venerada obra, una historia repleta de giros inesperados, encuentros divinos y un desenlace que desafía toda lógica.
El Joven Pintor
Los vecinos comentan y algunos mayores afirman que con la llegada a Nueva España de un joven pintor italiano, Simón de Pereyns, contratado para realizar obras de importancia en el palacio virreinal. Durante un banquete, Peirens rechaza de manera despectiva la idea de participar en un concurso para pintar una imagen sagrada para el Altar del Perdón, lo que desencadena una serie de eventos que cambiarán su vida para siempre.
Las palabras impías de Peirens llegan a oídos del Arzobispo de México, quien indignado por la falta de respeto del joven hacia lo sagrado, lo envía a la Inquisición para que se retracte de sus palabras. Sin embargo, Peirens se mantiene firme en su postura, desafiando incluso a las autoridades eclesiásticas.
La Visión Celestial
En la oscuridad de su celda, Peirens experimenta una visión extraordinaria: la Virgen María se le aparece con una luz celestial y una voz melodiosa, cuestionándole por qué no la ama. Conmovido por la presencia divina, Peirens se entrega a la fe y se compromete a pintar la imagen de la Virgen.
Sin lienzo ni materiales adecuados, Peirens decide pintar la imagen de la Virgen directamente en la puerta de su celda. Con la ayuda de una fuerza sobrenatural, crea una obra maestra que deja atónito al Arzobispo y al Cabildo Metropolitano, quienes reconocen su genialidad y lo liberan de su encarcelamiento.
El Altar del Perdón
La pintura de Peirens, conocida como «La Virgen del Perdón», se convierte en la pieza central del Altar del Perdón en la Catedral de México, donde continúa siendo venerada por generaciones. Su historia, aunque rodeada de misterio y controversia, es un recordatorio de la fuerza redentora del arte y la fe.
El Altar del Perdón en la Catedral de México no es solo una obra de arte; es el testimonio de una experiencia divina que transformó la vida de un hombre y dejó un legado eterno para la humanidad. Visitar este altar es sumergirse en la historia de un milagro, un encuentro entre lo terrenal y lo celestial que sigue inspirando devoción y asombro en aquellos que lo contemplan.
A su mercé…
Si este relato fue de su agrado, humildemente pido nos ayude compartiéndola a sus familiares y allegados durante una reunión en una negra noche. O por medio de un compartir en su red social. Si la leyenda atenta a su cultura pues es distinta a la alojada en su memoria, pido a su mercé que sea indulgente pues es así como el relato llego a mis oídos y es mi forma particular de compartirla. Recuerde que por ser leyenda puede o no tener una base real y tener una increíble dosis de libertad literaria ya sea por la región donde fue relatada o por quien la narra.
Hasta la próxima garbancer@s
Basado en la obra de Angel R. De Arellano, catedratico de historia
Leyendas y Tradiciones relativas a las calles de México (1894)
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