En el folklore y las tradiciones de diversas culturas, existen objetos malditos que se dice están imbuidos de energía negativa o están vinculados a eventos trágicos. Estos objetos pueden variar desde artefactos antiguos hasta objetos cotidianos, y se cree que traen consigo desgracias, tragedias o incluso la muerte a quienes entran en contacto con ellos. Hoy hablaremos de una campana que fue hecha con metal maldito, que llego a la Nueva España hace poco mas de quinientos años.
Gil de Marcadante
Los vecinos comentan y algunos mayores afirman que en el año de 1412, en las calles de Toledo, dos hermanos, Gil y Enrico de Marcadante, estudiaban derecho. Sin embargo, entre ellos, existía un abismo de diferencia. Gil, era el verdugo de su hermano, la pesadilla de sus compañeros y la desolación de su madre. Desde su infancia, Gil manifestaba un genio indomable y gustos depravados. Se complacía en infligir dolor a los animales más inofensivos y atormentar a los niños más pequeños. Su violencia no conocía límites, y su boca parecía un hervidero de blasfemias y maldiciones.
Con los años, las costumbres de Gil empeoraron. Se decía que en las profundidades de su casa, entregaba su alma a prácticas horribles y espeluznantes. Rumores afirmaban que había hecho un pacto con el mismísimo Satanás.
El Juicio
Las acusaciones de brujería se acumulaban contra Gil. Una herida que se cerró instantáneamente, la capacidad de mover objetos con la mente, el abrir los gruesos barrotes de una verja de fierro como si fueran cordones de seda, que una piedra que había tocado en un momento de furor permaneció caliente, hasta quemar, por largos días.
Todo esto había hecho que se le acuse como hechicero y que se le pusiese preso con gruesa cadena al pie, pero que con espanto y pasmo de los carceleros, habían quedado en la prisión únicamente la cadena y las piezas de la armadura, las cuales al ir á ser recogidas, días después, se levantaron y empezaron á andar por sí mismas
Finalmente, los jueces decidieron condenar a Gil a la hoguera. Su armadura, relacionada con sus oscuras prácticas, fue fundida para crear una cruz que se erigió en el cruce de dos caminos. Esta cruz se buscaba convertirla en un símbolo de redención, una forma de purificar la oscuridad que había empañado la vida de Gil.
Ritual de Fundición
Se dice que al fundir la armadura, surgían del fuego voces horripilantes que parecían brotar desde las profundidades del mismísimo Inframundo. Los trabajadores, presas del pánico, juraban haber escuchado blasfemias y carcajadas infernales que helaban la sangre en sus venas.
A pesar del temor que inspiraba, la cruz permaneció en su lugar durante casi un siglo, observando en silencio el devenir de los tiempos. Sin embargo, llegó un día en que se tomó la decisión de desmantelarla y convertirla en una campana para un monasterio cercano a Madrid. Pero la maldición no estaba dispuesta a ser encerrada tan fácilmente.
Una vez convertida en campana, el terror no hizo más que intensificarse. Se cuenta que la campana comenzó a repicar por sí sola durante las noches, desafiando los intentos de conjuración de los más valientes sacerdotes. Sus tañidos resonaban con un eco siniestro, como si estuviera llamando a las fuerzas oscuras que moraban en las sombras.
El Destierro a México
Enterada de estos oscuros sucesos, la Inquisición decidió tomar cartas en el asunto. Condenaron a la campana a perder su lengua y ser desterrada de forma perpetua a la capital de la Nueva España: México. Pero incluso en tierras lejanas, la maldición persistió, envolviendo a quienes se atrevían a acercarse a ella en un aura de terror y desesperación.
A pesar de todos los esfuerzos por erradicar la maldición, el destino final de la campana sigue siendo un enigma. Hace pocos años, fue retirada y fundida, pero ¿Qué fue de ella después? ¿Acaso la maldición continúa acechando en algún rincón oscuro, esperando el momento oportuno para manifestarse una vez más?
A su mercé…
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Hasta la próxima garbancer@s
Basado en la obra de De Arellano, Angel R.
Leyendas y Tradiciones relativas a las calles de México (1894)
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