Hace algunos años visite la hermosa ciudad de San Juan de Rio en el estado de Querétaro, ahí pude conocer el panteón de la Santa Veracruz, hoy convertido en el Museo de la Muerte. Ahí pude ver una pintura muy interesante sobre el purgatorio, me pareció muy curioso que una obra como esta este colocada precisamente, según palabras de nuestro guía, en la fosa común. Al buscar información sobre esta pintura, el guía en cuestión me recomendó buscar la obra de Oscar García Martínez y su versión de la leyenda que rodea esta imagen, la cual comparto a continuación.
Corría la segunda mitad del siglo XIX…
En esa época, donde la vida era mas simple, San Juan del Rio se dividía en 8 barrios, en donde habitaba mucha población indígena, desencintes del otrora imperio Otomí. En el barro que fue conocido barrio de indios (hoy se conoce como el barrio del Calvario), en este barrio vivió un indio pintor al que llamaban Jerónimo, quien aprendió este arte de su abuelo quien era uno de los mejores pintores de retablos del estado de Querétaro, y quien transmitió a su nieto su pasión por la pintura.
Como un dato curioso, Jerónimo tenia la costumbre de pintar los muros de la calles del barrio con ángeles, vírgenes y santos. Esta actividad generaba molestia a los vecinos e infieles. Sin embargo el no podría dejar de rendir honores a los santos del cielo por medio de su arte.
Sucedió que un día
Jerónimo tuvo un sueño muy extraño y dantesco, el se veía en medio de un mar de fuego que le provocaban mucho dolor, el fuego quemaba su piel, la lengua, ojos, incluso sentía como este fuego infernal calcinaba su alma, junto a el se encontraba mucha mas gente en la misma situación, a sus oídos llegan los gritos y lamentos de aquellos condenados, lo curioso de esta escena es que ubico a religiosos, obispos y altos jerarcas de la iglesia entre los condenados. Por lo anterior no podría creer que fuera el infierno lo que veía, ¿Cómo había gente buena en un lugar tan horrible?. Se despertó de pronto y dio gracias que había sido un sueño.
Pasaron varias semanas de ese mal sueño y el padre de Jerónimo lo envió a la iglesia del Sagrado Corazón por un encargo, lo recibió un mozo de la parroquia y lo llevo a una pequeña sala en la sacristía donde le pidió que espere un momento. Mientras esperaba empezó a revisar con la mirada el lugar, una imagen de la Virgen del Carmen llamo poderosamente su atención, la empezó a detallar y al llegar al pie del cuadro vio una imagen que por poco para su corazón. Se acerco un poco mas y noto que a los pies de la virgen estaba la escena que el había soñado semanas atrás, no faltaba ningún detalle, de inmediato saco de su morral una tiza y unos papeles en blanco y empezó a copiar de forma rápida cada detalle de esa escena, termino un poco antes del regreso del mozo, el cual no se dio cuenta de lo que pasaba.
Llego el colera…
y en su macabro paso por San Juan cobro la vida de miles de personas, incluida la del humilde pintor, por no contar con los medios económicos necesarios su cuerpo fue depositado en el osario o fosa común en el panteón de Santa Veracruz, ubicado en el mismo barrio que lo vio crecer. Al paso de los meses, después de la partida de Jerónimo, lo que empezó como una mancha de humedad, poco a poco creció y fue tomando forma hasta dar origen a una increíble pintura mural, la misma que aquel pintor vio en sus sueños, la misma que Jerónimo vio en aquel cuadro, pero con una sutil diferencia, a la izquierda de la escena un personaje nuevo apareció levantando su brazo izquierdo, era el mismísimo Jerónimo que clamaba misericordia.
Esta historia la conocemos por el padre de aquel pintor, mismo que escucho de voz de su hijo como fue el sueño y la semejanza con aquella pintura. Y lo asombroso que fue ver a su hijo en aquel cuadro.
A su mercé…
Si este relato fue de su agrado, humildemente pido nos ayude compartiéndola a sus familiares y allegados durante una reunión en una negra noche. O por medio de un compartir en su red social. Si la leyenda atenta a su cultura pues es distinta a la alojada en su memoria, pido a su mercé que sea indulgente pues es así como el relato llego a mis oídos y es mi forma particular de compartirla. Recuerde que por ser leyenda puede o no tener una base real y tener una increíble dosis de libertad literaria ya sea por la región donde fue relatada o por quien la narra.
Hasta la próxima garbancer@s
Basado en el trabajo de Óscar García Martínez
De su libro «Leyendas, cuentos y relatos sanjuanenses» 2001