La casa de la calle de «La Flor Alta»
Santiago de Querétaro es una ciudad llena de historia y leyendas, lo interesante de estas leyendas es que la mayoría tiene una base muy real. Tal es el caso del inmueble que en otros tiempos portaba el número 6 de la antigua calle de «La Flor Alta», hoy Independencia número 59 en el centro de la ciudad. Este lugar fue escenario de muchos hechos trágicos como los desenlaces fatales del Doctor Cobos, un antiguo propietario y su hija, o el que en una de sus habitaciones se escribió el proceso de Maximiliano, Miramon y Mejia, incluso en una de las habitaciones superiores, hoy llamada la sala de los crucifijos se realizo el proceso de embalsamamiento del cuerpo de Miramon. Sin embargo nada de lo anterior rivaliza con la historia de la habitante mas famosa de la casa, la mujer llamada La Zacatecana.
Llega La Zacatecana a Querétaro
Los vecinos comentan y algunos mayores afirman que durante los primeros años el siglo XIX, justo en la época en que la minería estaba en su apogeo, llego a la ciudad un matrimonio oriundo de Zacatecas cuyos nombres se perdieron en el correr de los años, razón por la cual los llamaremos simplemente el Zacatecano y la Zacatecana.
El Zacatecano era un hombre con una gran fortuna generado por el negocio de la minería, por lo que su estilo de vida era el mejor que la época ofrecía, esta era la razón por la que se ausentaba constantemente del hogar. La pareja no tuvo la bendición de ser padres, razón por la cual al irse a sus viajes de negocios el hombre dejaba completamente sola a la Zacatecana. Lamentablemente esta situación coloco a la mujer en la mira de las personas con lenguas bipedas que sin perder tiempo empezaron a correr historias donde la reputación y fidelidad de la Zacatecana quedaban por los suelos.
El aparente crimen perfecto
La relación de los Zacatecanos iba de mal en peor, a tal punto que ya dormían en habitaciones separadas. Se dice que la Zacatecana ya estaba harta de las calumnias de la gente, por lo que ideo una forma de acabar con todo y salir beneficiada con la fortuna de su esposo. Para llevar a cabo su plan, convenció a uno de sus empleados de confianza para que la ayudara, posiblemente prometiendole parte de la enorme fortuna del Zacatecano.
El peón entro una noche en la habitación del Zacatecano y una fría hoja termino con la vida del magnate minero. Después de esa noche tanto el esposo como su victimario desaparecieron. La vida de la Zacatecana continuo como siempre, la gente no sospechaba pues podría tratarse de uno de los viajes del esposo.
El fin de la Zacatecana
Cierta noche se encontró el cuerpo sin vida de la Zacatecana, una versión indica que fue encontrado su cuerpo sobre la fuente de la que fuera llamada La Plaza de la Tamboras a espaldas del Templo de la Merced, ubicado a pocos metros de la casa.
Otra versión menciona que el cuerpo de la mujer fue encontrado colgado del balcón principal (el balcón central sobre la puerta principal).
En lo que ambas versiones coinciden es que la Zacatecana fue asesinada en su habitación y fue movido su cuerpo para despistar a las autoridades de la época, lo que funciono a la perfección pues sus asesinos jamas fueron encontrados, ni se supo del móvil hasta ese momento.
El misterio se rebela
Los años pasaron y la casa paso por varios dueños, también fue dormitorio de los monjes dominicos y de escenario de los hechos al inicio mencionados. Durante todo ese tiempo en la casa hubo manifestaciones, ruidos y en las ventanas se asomaba una mujer desconocida para los habitantes, que por obvias razones abandonaban al poco tiempo.
Fue en 1907 cuando la casa fue adquirida por Licenciado Francisco Veraza que al realizar una remodelación en donde estaban ubicadas las caballerizas fueron ubicados dos osamentas que se presume pertenecieron al Zacatecano y a su asesino, el cual se cree fue victima de la propia Zacatecana, este hecho dio vida de nuevo a la Leyenda de la Zacatecana.
La casa el día en la actualidad
En 1992 el Lic. José Antonio Origel adquirió la casa con la intensión de convertirla en un museo y mantener viva la leyenda. Después del deceso del Lic. Origel en 1998, su esposa es quien retoma el proyecto convirtiendo la casona en lo que hoy es El Museo Casa de la Zacatecana.
La casa alberga una magnifica colección de arte decorativo y sacro y los fines de semana se hacen representaciones teatrales donde se relata en primera persona la historia de los eternos habitantes de la casa.
Si te preguntas si en la casa hay manifestaciones paranormales, te puedo compartir que la mayoría de los empleados del museo afirman que la Zacatecana sigue recorriendo su antiguo hogar y disfruta de las visitas nocturnas pues es muy común sentir su presencia o que se manifesté durante las representaciones teatrales.
Si la visitas de noche y ves dos Zacatecanas no dejes que el miedo te invada, solo es la antigua dueña que les da la bienvenida.
A su mercé…
Si este relato fue de su agrado, humildemente pido nos ayude compartiéndola a sus familiares y allegados durante una reunión en una negra noche. O por medio de un compartir en su red social. Si la leyenda atenta a su cultura pues es distinta a la alojada en su memoria, pido a su mercé que sea indulgente pues es así como el relato llego a mis oídos y es mi forma particular de compartirla. Recuerde que por ser leyenda puede o no tener una base real y tener una increíble dosis de libertad literaria ya sea por la región donde fue relatada o por quien la narra.
Hasta la próxima garbancer@s
“RIP, RIP, ¡hurra!”